Aunque un pinchazo desafortunado arruinó mis posibilidades de mantenerme con el grupo delantero, corrí mi propia carrera y logré sobrevivir a la sección plana a través del Empordà. Con algo de energía restante, y una buena dosis de frustración acumulada, me esforcé en la subida a Els Metges y continué hasta la meta, logrando una posición entre los 20 primeros. Esa sensación constante de '¿y si...?' hace que sea difícil disfrutar completamente del resultado, pero estoy orgulloso de cómo rendí y de cómo me mantuve firme en un campo tan competitivo. Y supongo que habrá más oportunidades por venir.” – Daan.